TP Nª1 Análisis de escena del film “Canino” (Giorgos Lanthimos, 2009)

Link Youtube (Arranca desde la escena elegida 01:18:43)
En el siguiente análisis tomaremos un fragmento de la película Canino (2009), dirigida por Giorgos Lathimos el cual reúne los elementos que sintetizan el tratamiento de la puesta en escena del film. La articulación de los mismos generan un clima de tensión para  incomodar al espectador con su fuerte carga simbólica.
‘‘Canino’’ es una película que aborda varios temas alrededor de un solo eje: la influencia del interior/exterior sobre una persona y cómo esta relación moldea al sujeto en sí. A lo largo del film, ante los hechos que se suceden, uno como espectador se pregunta reiteradas veces: ¿que pasara si..?
El padre si bien parece ser el protagonista del film, la focalización va variando en función de las acciones de los personajes, principalmente entre él y las dos hermanas. El padre, de una personalidad manipuladora, ególatra, misógino, mantiene encerrados a sus hijos desde el momento de su nacimiento. Se establece una relación familiar patriarcal, asumiéndose como imprescindible para su familia. Es quien provee de los elementos necesarios a su familia y el único que mantiene contacto con el exterior.  Su mujer se muestra sumisa frente a él. La falta de identidad se hace notoria, tanto en ella como en sus hijos. Hay una muerte de la individualidad, de hecho ninguno de sus hijos tiene nombre y se le oculta al espectador los nombres de los padres. Sus hijos varían entre la inocencia y la perversión, no solo entre ellos sino con sus padres, hay un juego de lamerse diferentes partes del cuerpo, algunas sexualizadas y otras no. Se da una relación endogámica e incestuosa  entre los miembros de la familia así como también con la mujer que su padre contrata para tener sexo con su hijo varón y que, a escondidas, mantiene sexo con una de sus hijas.
Los hijos están aislados de un conocimiento exterior y mal informados en un orden lingüístico para mantenerlos exentos de ciertos temas. Vienen moldeados por reglas y normas que derivan en un orden aparente que siempre parece a punto de quebrarse.




Esta escena nos habla de eso. De la ruptura de ese orden. En la escena elegida, la familia celebra el aniversario de casamiento de los padres. Sus tres hijos llevan a cabo una performance donde bailan y tocan la guitarra para ellos. Es el momento donde vemos cierta desobediencia a ese orden por parte de las hermanas. Algo no cuaja. Algo va a suceder. En esa quietud que nos introduce los planos largos y estáticos, acompañado por esa música asfixiante y reiterativa se contrapone a los gestos de la mayor que sigue bailando, por ahora resistiendo, pero con atisbos de odio-ira en su cara en busca de su recompensa, el postre. Recompensa que sólo el padre parece pueda otorgarle. Así, en la forma que concluye su baile y posteriormente como come el postre (su recompensa) sentimos que esa obediencia está a punto de resquebrajarse. Resquebrajamiento que culminará en la escena siguiente.

La articulación del encuadre, el arte, la iluminación, el sonido y la relación sujeto-espacio generan un clima agobiante, previo al clímax del film, cuando la hija mayor se arranca el colmillo, elemento simbólico para la construcción de sentido de la obra ya que representa el momento de la vida en que los jóvenes están listos para abandonar la casa de sus padres.
El tratamiento del arte y la relación espacial están trabajados en unidad. Una casa alejada, un terreno amplio, la soledad, el aislamiento, la falta de identidad espacial (las cosas no tienen etiquetas ni avisos comerciales) son los elementos que se ponen en juego y generan esa distancia en el espectador. La paleta de colores, generalmente en tonos desaturados y pasteles pretende establecer una armonía del orden mismo impuesto por el padre en relación al color blanco en la ropa de los hijos que reafirma este carácter "pureza" que se les intenta transmitir casi dogmáticamente.
Desde la propuesta fotográfica podemos mencionar la escasa utilización de planos; la escena con una duración aproximada de 3 minutos solo emplea 3 largos planos fijos. Esta decisión intensifica el agobio y encierro ya que se vuelve sofocante para la escena. En cuanto a tamaño de los planos, suele oscilar entre planos entero y generales, lo que nos cuenta la totalidad de la acción representada, limitándonos a observar, así como lo hacen los padres frente a la performance. Estos planos ponen en juego la  ambigüedad entre los limites y los no limites. El comportamiento de los hijos en la cena familiar no es limitado explícitamente por los padres, sino que ellos mismos se limitan en sus acciones, desembocando en el desquicio de la hermana mayor a diferencia de la relación que mantienen los personajes con el espacio sobre la prohibición con el exterior.
Con respecto a la iluminación, si bien los interiores de noche son tratados con luz artificial en todo el film, podemos notar cierto oscurecimiento lumínico a medida que el film avanza, lo que nos conduce a una irremediable irrupción en ese orden autoimpuesto por el padre, a sentir que algo va a suceder, que algo está por romperse.
Es llamativo que en esta obra, el tratamiento del sonido ocurre desde un lugar de ausencia, de aislamiento. Esta escena es una de las pocas que contiene música y la misma es diegética. El hijo toca una melodía casi monocorde que se vuelve agobiante. Termina y vuelve a empezar, ininterrumpidamente, de igual manera el baile que realizan las hermanas.
El film no deja exento ningún recurso para trasladar toda su carga simbólica y semiológica al lenguaje audiovisual.



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